En busca de una salida a una crisis que no dejaba de agravarse, la Comisión solicita en noviembre de 1981 un informe técnico a la Kawasaki Steel Corporation (informe que a su vez, fue fuente de nuevas y numerosas polémicas ) trasladándose de esta manera la problemática al primer Gobierno del PSOE. El nuevo Ministerio de Industria y Energía, basándose en algunas de las propuestas del informe Kawasaki, presentó un nuevo plan de reconversión después de establecer nuevas previsiones de demanda y un límite de capacidad productiva de 7 millones de toneladas toda la siderurgia integral española, que podía ser alcanzada en las instalaciones de Asturias y Vizcaya, dejando a la planta de Sagunto sin nuevas inversiones y sin ningún tipo de referente a los informes. Los sindicatos se opusieron al nuevo Plan.